cari bhoys sabato ricorre l'anniversario della scomparsa di Johnny Doyle. vorrei che non lo dimenticassimo per cui affido a voi un pensiero qualsiasi da postare sul profilo facebook della figlia Joanna (chiedete a Giuseppe o Ghido o McGiro che dovrebbero averla nelle loro amicizie). ritengo che sia il nostro umile segno che non dimentichiamo chi ha dato l'anima (e la vita) con il Celtic nel cuore. vi posto qui sotto un articolo preso da una rivista spagnola etlematica, che per la visita del Barca al Celtic Park lo scorso anno, ricordò Doyle con ammirazione. inoltre il Csc a lui dedicato dai bhoys di Greenock. mi ha commosso leggere l'ultima riga dell'articolo.
Hail Hail
From Futbolprimera.es (07/11/2012)
Celtic: Johnny Doyle, el futbolista electrocutado
El Barcelona visita al Celtic de Glasgow, un histórico del fútbol europeo en el que militaron grandes leyendas, Johnny Doyle fue una de ellas, recordamos su figura y las trágicas circunstancias que acompañaron su muerte.
Johnny Doyle es uno de aquellos futbolistas que perduran en el tiempo y no abandonan nunca el recuerdo del aficionado. Los setenta, eran tiempos en los que los jugadores del Celtic sentían el escudo y la filosofía del club como una extensión de su propia vida. Tuvieron que pasar unos cuantos años para que Doyle cumpliera su gran sueño infantil, defender la camiseta del Celtic de Glasgow. Su corazón estuvo siempre del lado de los Hoops, aunque jugara para otros clubes. En España, su nombre será especialmente recordado por los más nostálgicos, ya que en 1980, el Real Madrid de los Camacho, Juanito, Stielike o Vicente del Bosque, disputó una histórica eliminatoria de cuartos de final de la Copa de Europa ante el equipo escocés. Fue un enfrentamiento que quedó marcado en la mente de los blancos, debido a que constituyó la primera gran remontada europea del club en la década de los ochenta. En el partido de ida jugado en Celtic Park, el Madrid de Boskov creyó conocer el infierno en una segunda parte cruel para sus intereses; allí estaba Johnny Doyle, cargado de fuerza, voluntad y pundonor. Elegido para marcar el segundo gol que alargaba la vida del Celtic en la Copa de Europa... él perdió la suya solo un año más tarde en una maldita y desgraciada tarde otoñal.
Johnny Doyle nunca fue un futbolista especialmente habilidoso o espectacular. Al contrario que muchos escoceses de su generación como Kenny Dalglish o Graeme Souness, la suya no fue una trayectoria relacionada permanentemente con el talento y el éxito. Llegó al Celtic en 1976 procedente del Ayr United FC, un habitual de la Division 1 escocesa en los años setenta. Doyle terminó ganándose la confianza y el apoyo incondicional de la grada de Celtic Park debido a su lucha y respeto por la camiseta, y también por su apoyo total a la comunidad católica de Glasgow, en una época en la que eran frecuentes sus visitas a los hospitales para visitar a fans enfermos, o se mostraba tremendamente cordial con los aficionados que se acercaban. Por todo ello, la noticia que inundó las portadas de los tabloides británicos del 20 de Octubre de 1981 era impactante: Johnny Doyle había muerto electrocutado a los 30 años.
La conmoción en todo el fútbol escocés fue enorme, ya que si bien Doyle solo pudo ser una vez internacional en un encuentro en Hampden Park frente a Rumanía, era un futbolista carismático. Se desempeñaba como volante o extremo, encarando el ataque e incorporándose al remate en las ocasiones en las que el juego directo del Celtic de Billy McNeill se lo permitía. También coincidió con Jock Stein, en la última etapa del técnico que había guiado a los Lisbon Lions al título de campeón de Europa en 1967. Pero la primera época de Doyle en el equipo católico de Glasgow no fue positiva en el capítulo individual; una lesión le apartó del grupo nada más llegar al club de su corazón, el equipo para el que siempre quiso jugar. En sus años como futbolista del Ayr United, eran conocidas por todos sus compañeros las simpatías que Johnny tenía por el Celtic, siendo un supporter entusiasta y obstinado por las victorias del club. Para él, ponerse la camiseta blanquiverde fue después el mejor trabajo del mundo.
Ganó dos ligas con el Celtic y una copa en una final histórica frente al Rangers; una de las páginas más bochornosas de la historia del Old Firm. Tras empatar a cero en el tiempo reglamentado, el encuentro se decidió en la prórroga a favor de los católicos gracias a un gol de George McCluskey. La euforia e histeria se apoderó de vencedores y vencidos, y tras la entrega de la copa, se organizó una guerra entre las dos aficiones en el terreno de juego. A partir de ese momento, quedó totalmente prohibida la venta de bebidas alcohólicas en los estadios de Escocia.
Pocos meses antes de esa final, tuvo lugar la eliminatoria frente al Real Madrid. Los blancos fueron superados en el encuentro de ida por 2-0, pero jugadores, técnicos y afición, se conjuraron para remontar la eliminatoria en el día de San José de 1980. Los escoceses llegaron a España arropados por miles de seguidores que esperaban celebrar el pase a las semifinales, pero el Real Madrid hizo un partido perfecto, remontando una eliminatoria de Copa de Europa como ya había conseguido hacer cinco años atrás frente al Derby County. El tercer gol de Juanito a cuatro minutos del final dejaba a los jugadores del Celtic con la miel en los labios. El propio Doyle tuvo en sus botas un gol que hubiera significado la clasificación de su equipo, pero García Remón y uno de los palos de su portería, evitaron que el malogrado futbolista hiciera historia.
Johnny Doyle había visto amenazado su puesto en el equipo cuando el Celtic incorporó al extremo Davie Provan en 1978. En ese momento, Doyle demostró su versatilidad y sumó sus virtudes jugando más adelantado. Pero si algo se recuerda del futbolista escocés principalmente, son sus expulsiones. En cierta ocasión, arrojó su chicle a la cara del juez de línea tras una decisión en la que no estaba de acuerdo. Otro día, jugando en el campo de su anterior equipo, el Ayr United, fue invitado a abandonar el juego tras propinar un balonazo aparentemente involuntario en la cara del árbitro.
Y la más célebre de todas sucedió en la última jornada de la liga 1978-79, cuando su equipo se quedó con diez hombres tras su expulsión en plena lucha por el título ante el eterno enemigo; otro Old Firm especial en el que el Celtic terminó ganando 4-2 y llevándose el triunfo en el campeonato de forma espectacular.
Su último partido con la camiseta del Celtic se produjo el 13 de Octubre de 1981, seis días antes de su fallecimiento, en una victoria 0-2 ante el Queen's Park Football Club en la Copa de Glasgow. La muerte le sorprendió arreglando el sistema eléctrico de su casa de Kilmarnock. Tenía dos hijos, y solo 30 años.
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